La prevención de recaídas es uno de los mayores retos a la hora de trabajar las conductas adictivas.
Es importante adaptar estrategias a la medida de cada persona que eviten la conducta problemática en su medio cotidiano.
Para ello se identifican los factores y situaciones de riesgo, y se aplican elementos de protección. Estos elementos de protección se individualizan para cada paciente dada la diversidad personal y social que presenta cada una de las personas.
Una de las mayores dificultades que se detectan en el trabajo con pacientes inmersos en un programa residencial (24 horas) es trasladar y mantener en su medio natural con solvencia, el trabajo cognitivo y conductual que se realiza en el recurso.
Las salidas terapéuticas son un pequeño laboratorio individual donde se aplican estas estrategias, planificando unos objetivos, tanto personales como sociales e identificando posibles situaciones de riesgo, así como destrezas para solucionarlas. Al regresar al programa después de la salida se evalúa si se han cumplido las expectativas o no. En caso negativo se modifican las actividades para una próxima salida.
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